Cuando nos referimos a una partitura gráfica seguro que nos viene a la cabeza alguna imagen concreta similar a la siguiente...
Se trata de Artikulation de G. Ligeti. Obra escrita en 1958. Sí, he dicho obra, la imagen que veis es una partitura.
Veamos cómo suena la partitura anterior:
En este caso, el compositor se basa en la electrónica, es decir, no utiliza instrumentos convencionales. Pero no siempre es así, de hecho, esa partitura la podrían haber interpretado uno o varios instrumentistas.
A la hora de interpretar una pieza con partitura gráfica, el compositor es libre de indicar una leyenda con algunas pautas, o de otra forma, dejarlo a la libre interpretación del ejecutante.
Veamos otro ejemplo.
En este vídeo que os acabo de adjuntar, el pianista interpreta la siguiente partitura:
Se trata de December de E. Brown, obra de 1952.
Muchos pensaréis que os estoy tomando el pelo o que el pianista en cuestión nos está tomando el pelo. Realmente, ¿era eso lo que buscaba el compositor cuando la escribió? Seguramente no. Seguramente se trataba de una excentricidad más de un compositor del siglo XX que deseaba destacar más que el resto y eligió este camino como excusa.
Todo este tipo de experimentos, se podrían clasificar dentro de la música Aleatoria porque el resultado no puede ser igual cada vez que se interpreta. Por muchas indicaciones que dé el autor, siempre se escapará algo.
Pero, ¿de dónde salió todo esto?
Podemos encontrar los primeros ejemplos de grafías musicales en la música del Ars subtilior, en la Edad Media. No se trata exactamente de utilizar grafías para representar música, pero sí se trataba de escribir la música en la forma adaptada a lo que querían representar. En la siguiente partitura de Baude Cordier titulada Belle, bonne, sage, podemos observar una pieza con carácter romántico en forma de corazón.
En estas últimas partituras, sí que se puede apreciar un principio y un final, mientras que en las anteriores, el intérprete es libre de empezar, y acabar por donde quiera. Podríamos decir que esto es el principio del grafismo musical. Poco a poco, las notas se fueron sustituyendo por trazos, colores y símbolos para llegar a partituras como las indicadas más arriba o las siguientes:
Esta partitura es Siciliano de Silvano Bussotti. Es una obra vocal, para coro a capella, escrita en 1962. Aquí hay notas escritas combinadas con una forma concreta, seguramente, en la forma que esperaba escuchar el compositor cuando la escribió.
Por último, compartiré un enlace de youtube muy interesante donde el público interpreta la obra conforme va avanzando el cursor previa explicación del compositor para indicar lo que quiere en cada momento con cada símbolo. Se trata de Al encuentro del silencio, de Erin Vargas.
A partir de todo esto os propongo una reflexión... la música es la excusa para interpretar una imagen o al revés?, ¿dónde está el límite?, ¿todo sirve?... Seguramente hay muchos incrédulos que no piensan que el intérprete haya "estudiado" la pieza antes o la haya preparado, porque seguramente, cada intérprete tocará una pieza totalmente diferente a otro. Yo pienso que toda interpretación requiere de una preparación mínima y sí que creo en las partituras gráficas, por eso os propongo que os animéis a hacer una. Intentadlo, pero no de cualquier manera... intentad imaginar el resultado y escribid tal cuál lo haríais para que una persona que no sabe leer notas o entonarlas, lo pueda hacer de forma fácil. ¿A que ahora sí que lo veis de otra manera? Tal vez estos compositores tan solo quieran acercarse un poco más a todo el público ante el caos existente en el S.XX... ahí lo dejo, espero comentarios...
Nos leemos!
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