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En primer lugar, todas las competencias que se pedían eran de carácter técnico o de control de recursos: ser capaz de compartir información y contenidos, ser capaz de etiquetar en diferentes espacios, ser capaz de gestionar la identidad digital... pero... qué hay de ¿ser capaz de relacionarme con la gente? ¿ser capaz de motivar al alumnado? ¿ser capaz de aportar soluciones y generar preguntas?
En mi experiencia personal, he realizado muchos cursos online. La razón de elegir estos cursos ha sido: me ofrecen contenidos y experiencias y me permiten gestionar mi tiempo y organizarme como y cuando yo quiera. He tenido todo tipo de tutores, desde los que en cada tarea te ponían apto y no hacían ningún comentario ni siquiera de bienvenida del curso o presentación, hasta los que se preocupaban demasiado y enviaban mensajes a todas horas. En medio de estos dos extremos estaban los tutores comprensivos, los tutores correctos, los quisquillosos y los tutores permisivos...
Fuente: Pixabay.com |
De todos ellos, en ningún momento me planteé qué competencias tenía como tutor pero sí que es verdad que su forma de actuar fue determinante para hacer el curso con más o menos ganas.
Los cursos que más me han gustado han sido los que el tutor se ha relacionado más conmigo, era una manera de sentirse menos sola al otro lado de la pantalla...
Es por esto por lo que pienso que las competencias que se nos han presentado en el curso de INTEF, El tutor en red, están muy bien, pero no determinan ser un buen tutor. El buen tutor debe saber guiar, dinamizar, ayudar y apoyar a los alumnos; enviar mensajes de tranquilidad o de presión según el momento y esto debe estar bien gestionado para no desmotivar al alumnado.
Lo mismo nos pasaba cuando íbamos a la escuela, ¿qué profesores nos enganchaban más? los que nos trataban con cariño y se preocupaban, incluso si la asignatura no nos gustaba intentábamos ser buenos en ella porque el/la profe nos motivaba a seguir.
En resumen, pienso que está muy bien tener competencias digitales pero sin una empatía con el alumno y sin tenderle una mano, el papel del tutor no está completo. En el caso del tutor en red, es necesario romper la barrera de la pantalla y atravesarla para guiar al alumno y que no se sienta solo. Porque el aprendizaje se consigue con muchos elementos pero el tutor es uno de los indispensables.
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